viernes, 15 de febrero de 2013



Historia del Caballo Criollo Colombiano

En la raza del caballo criollo colombiano se presentan cuatro modalidades, ha saber: Paso fino, trocha pura, trocha y galope y trote y galope. En el paso fino, el animal se desplaza por bípedos laterales, sucesiva y alternadamente, produciendo dos tiempos con cada bípedo, para realizar el ciclo completo en cuatro tiempos o batidas; por ser el paso de cuatro tiempos, tiene como mínimo dos apoyos simultáneos al suelo y cada determinado numero de tiempos, tres. En esta modalidad o paso fiono, contrario a lo que sucede en la trocha, la pata del bípedo lateral se adelanta unas fracciones de segundo más que la mano en hacer contacto con el piso. El desplazamiento por laterales se debe a que dentro de su esquema genético existe un "gen", que en este caso se presenta como rececibo, denominado (p), el cual determina que ciertos ejemplares dentro de la raza que lo hayan heredado puedan desplazarse por laterales. Los ejemplares de esta misma raza que no lo porten en su esquema genético se desplazan por bípedos diagonales, trochando o trotando, dependiendo, entre otros, de la velocidad de la cadencia que a su vez hayan heredado por otra serie o combinacion genética diferente. El gen (p) se hereda independientemente de los demás genes que trasmiten las distintas características en la raza del caballo criollo colombiano, como pueden ser, entre otros, el fenotipo, la velocidad de cadencia, el brío o el temperamento. Los ejemplares trochadores y trotones, pueden ser con relación al gen, tanto homocigóticos (TT), como heterocigoticos (Tp). Sin embargo se dan raramente casos en los cuales un caballo trochador tenga como padres a dos finos, debido a factores complejos de orden genético en que el gen (p) que determina el desplazamiento por laterales sea "enmascarado" por el gen dominante que determina el desplazamiento por diagonales (Los principios de la genética moderna fueron descubiertos por el monje austriaco Gregorio Mendel hace más de cien años, y siguen explicando hoy día los misterios de la herencia).








El Manejo Del Caballo Joven







Todo el mundo sueña con poner a su propio potro y muchos padres compran a su hijo un caballo joven “para que crezcan juntos”. La lógica que siguen es que un caballo contrastado de cierta edad se sabe como es y tiene un precio específico y definido en el mercado, pero un caballo joven es como la lotería, si sale bien, puede superar su precio inicial de compra y convertirse en un sinfín de alegrías. Algo así como encontrar un Picaso en el desván de su casa.

El caballo joven, sin embargo, muchas veces es más complicado de lo que espera su dueño y en muchas ocasiones, no llega nunca a su potencial por un manejo o entrenamiento incorrecto. Una sola mala experiencia puede provocar serios problemas para el resto de la vida del caballo y convertirle en un peligro para su mozo y jinete.

El objetivo a alcanzar para cualquier caballo joven es que sea bien educado, entusiasta en su disciplina y fácil de manejar, transportar y montar. La educación del potro empieza con su madre al nacer y cada contacto con el ser humano le marca de alguna manera. Se puede empezar desde muy joven acostumbrando al potro a lo que le espera a la larga en su relación con el ser humano, para bien o para mal.







Quizá la equivocación más usual es comprar un potro y comportarse con el como si de otro ser humano se tratase. Juegos en el prado, golosinas escondidas en los bolsillos, abrazos y besos son algunos de los tratos comunes del propietario que quiere un caballo tipo “mascota”.

Hay una diferencia enorme entre un potro pequeño y un caballo maduro. Cuando se empiezan los juegos, el caballo no tiene tamaño suficiente ni sabe su poder para hacer daño al ser humano, sin embargo, un caballo que quiere “jugar” con 600 Kg. contra los 60 kilos de un adulto, resulta incómodo en las mejores circunstancias y puede llegar a ser muy peligroso. Esta regla también se puede aplicar al juego de esconder golosinas. Al principio el caballo hace cosquillas pero no hace daño, al mes es capaz de dejar a su jinete colgando de su chaqueta como una muñeca.

Con el tiempo, el caballo que percibe que el ser humano tiene miedo o aquel que aprende que insistiendo o empujando, consigue lo que quiere, se convierte en un bruto muy difícil de tratar. El caballo tiene que respetar a su mozo y jinete, pero al mismo tiempo no tenerles miedo. Hay que marcar unos límites y pautas de comportamiento. La tranquilidad y la paciencia son fundamentales, hay que mantenerse firmes en muchos aspectos pero siempre desde la lógica. No debe intentar ser ni el mejor amigo ni la madre del potro.


Ejemplares Criollos Colombianos 














La Historia del Caballo y el Hombre




Las primeras huellas de la existencia del caballo se remontan a la época en que los grandes reptiles se sumían en los cenagales cretáceos de la Edad Media Geológica y en los que aparecieron los primeros mamíferos. 120 millones de años después de la existencia de los mamíferos surge una criatura del tamaño de una zorra ( con una altura entre 25 y 45 centímetros en la cruz), de cuatro dedos en los miembros anteriores y tres en los posteriores y con una dentición propia del frugívoro, a la cual la ciencia le ha dado el nombre de eohippus, al caballo del periodo eocénico, en la segunda época de la era terciaria, unos 58 millones de años antes de Cristo. Los trastornos climáticos implicaron una evolución gradual del eohippus, fue obligado a adaptarse a las transformaciones del medio ambiente y al descenso progresivo de las temperaturas a lo largo del periodo terciario. Los miembros del animal crecieron, su dentición se alargó adaptándose al pasto de que debía nutrirse; a media que se endurecía el suelo, sus dedos laterales se atrofiaron y el centro creció y se reforzó. 



En el transcurso de migraciones considerables, estos animales poblaron los continentes de Europa, Asia y América, unidos aún entre sí, salvo América del sur, En América del norte sus descendientes experimentaron una transformación gradual que dio lugar al equus actual, algunas de las especies intermedias migraron a otros continentes; finalmente, la primera glaciación, hizo desaparecer el equus de América del norte. La vida del caballo salvaje fue una huida perpetua, perseguido por depredadores, su único recurso era la velocidad. Se ignora la época exacta en que tuvo lugar su primer encuentro con el hombre, se sitúa probablemente en la era diluviana; no se conoce donde y cuando fue domesticado el primer caballo, quizás fue en Asia, en la época en que las corrientes del periodo glaciar se secaban. Apenas el hombre domesticó al caballo, decidió el número de animales de sus rebaños por reproducción controlada y los fue llevando a pastos elegidos por él. Los caballos salvajes, los verdaderos caballos primitivos, tenían un color que iba del gris ratón al café con leche. El caballo actual, el Eqqus cabllus doméstico, presenta cuatro pelajes simples, de un solo color: negro, blanco, alazán y tordillo; tiene casco que corresponde al dedo medio y belfos poderosos para recoger el alimento. En todas las partes del mundo se crían caballos, su distribución no conoce fronteras políticas, es únicamente función del clima y de las condiciones de vida. En algunos países, han perdido importancia los servicios que prestan a los hombres, y los objetivos de la cría y el empleo de los caballos han evolucionado en consecuencia, ahora más que de carga y guerrero que todavía los hay, los caballos son de exhibición, carreras y salto. En nuestros días la familia de los caballos y sus innumerables ramificaciones cubren toda la superficie de la Tierra.










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